La vida dañada

Marco A. Rodríguez Valadez

Friday, July 17, 2009

Timbita pa´mis amigas... ya bailaremos todos

---En los últimos quince o veinte años dentro de la música popular cubana, en lo que toca a sus ritmos bailables, se tomó un rumbo al que se puede calificar de nuevo o renovado en la medida en que detonó dentro de sí, agregando elementos y motivos temáticos de la música pop, tock y jazz norteamericana, los frutos creativos de la experimentación en la década de los anteriores veinte años (pienso en el Irakere de Chucho Valdéz y su arrojo dentro de la descarga cubana o jazz latino) y, claro, la profunda raíz cubana de mestizaje y raza negra, aquella no menos profunda que ésta aunque no tan ancestral, raíces que hacen tradición musical en la isla del Caribe. En ese caldo de elementos populares se fue gestando lo que hasta hoy es la punta de lanza de la música popular bailable en Cuba, la Timba. Difícilmente un género es reconocido por sus representantes como algo más que una etiqueta y asumida como una identidad y un movimiento del que son parte.
---A la Timba en Cuba, como casi todos los géneros dentro de la isla, le cantan los cubanos reconociendo en ella la vitalidad de su música y el sabor cargado de cubanía renovándose y detonando en su público y la gente de su pueblo toda la candela que transpira el baile, la rueda de casino, la impredecible libertad(Dime que te quedarás de David Calzado y la Charanga Habanera) y exigencia del ritmo. Este desconcierto lo podrá sentir de pronto quien, bailando salsa toda su vida, nota en la timba una chispa que le hace reacomodar los pies a un ritmo que aunque parecido, no es lo mismo (para mí, que ni la salsa ni la timba sacan de su torpeza a mis patas de elefante, esta observación es mas por lo que me han contando). Así pues, a finales de los años noventas y principios de este milenio la producción de la isla fue de obras que alcanzaron gran éxito traspasando sus fronteras y, a unos años de distancia, no parece que puedan perder vitalidad alguna.
---Tenemos pues temas del disco con el que Van Van puso a su propio ritmo, el sello timbero, Llegó Van Van(2000) e hizo su contundente contribución a la escena timbera,(Temba, Tumba Timba, ese bárbaro del piano detrás de esta y Qué cosas tiene la vida que es Cesar "El Puppy" Pedroso, ya pondremos algo de su grupo Puppy y los que son son) muestra su capacidad de adaptación al pulso que va tomando el sobrepuje que se hace el propio movimiento (las alusiones retadoras dentro de los temas de las orquestas entre sí no son solo faroleo sino el retrato de un movimiento dentro del cual las provocaciones hayan respuesta efectiva en las producciones de las diversas orquestas). Maraca, conciliando el virtuosismo de la ejecución y la dura formación musical con la música popular de su gente. El canto abierto y arraigado (alejado del preciosismo folclorista) en los cantos de Maraca mismo y Manolito y su Trabuco (Ven Ven Siroco y Obbatala Ayacuna son muestras). La fórmula incontestable que acuñó para sí un músico de tradición sonera en Santiago, Adalberto Álvarez(Verdaderos soneros). Cuando hay tradición la ruptura generacional no implica el desecho de personajes ni el reciclaje de fórmulas. La innovación dentro de la música popular es transgeneracional, así pues, tenemos sonando en la escena a Juan Formell y Adalberto Álvarez (Una Mulata en la Habana es adorable desde los primeros segundos, nadie lo podrá negar).
---Tenemos también unos temas que muestran la provocación descarada de La Charanga Habanera(Charanguéate), el romanticismo y su orquesta despuntándolo(y por qué no, haciendo de las letras un pretexto en ocasiones, casi un requisito: No me puedo enamorar) de Paulito F.G. y su Élite. Finalmente David Álvarez, ese poeta(Mundo Loco) que atrajo la atención del gigante Chucho Valdés, haciendo del son un amplio receptor de ritmos latinos, la cumbia, la bachata, etc.
---Dejo en su oído la oportunidad. Tan lejos de Cuba siempre nuestra gente. La vida de este pueblo nuestro tendría un poco mas de alegría si no estuviéramos tan alejados de Cuba a pesar de que sus luces se vean desde Cozumel.
---Y si pescan algo de calor, ¡a bailar!... ¡que la botella la pone Manolito!

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