La vida dañada

Marco A. Rodríguez Valadez

Sunday, May 10, 2009

El miedo y la desconfianza en la sociedad civil.¿Hay respuesta creativa por parte de la sociedad civil?

Marco A. Rodríguez 03.05.09

----
----Exista o no esa respuesta creativa por parte de la sociedad civil, lo cierto es que la institucionalización copta de alguna forma o reduce la posibilidad de confrontación de los distintos escenarios por parte de la sociedad civil organizada. El término “civil” en este punto tiene sus limitaciones, la más grave a mi parecer es el supuesto contractual individualista que le subyace. De este punto solo quiero resaltar que, si bien el caldo de cultivo para la respuesta organizada esta dado, tomando lo que nos dice Mariana sobre la sensación general de que el gobierno no es esta ocultando algo, el lastre de la atomización agrediendo en esta modalidad sanitaria no permite la concreción creativa de una respuesta, esto es, que la convivencia recluida a la intimidad del hogar familiar como defensa ante la peligrosidad de los demás, es una pintura contemporánea del supuesto contractualista sobre la virulencia moral de los civiles encauzada al bienestar general a través del respeto a los derechos ajenos, el derecho de no ser contagiados.
----
----En otro punto: ¿Cómo podemos asumir que la resistencia informativa a través del espacio virtual comporta una forma de organización cuando la confrontación de subjetividades en este espacio es de una abstracción tal, que no necesariamente conduce a estrategias reales de confrontación antisistémica? Uso “antisistémico” porque el tono de la información que circula a través de redes tiene como tónica general la paranoia ante la probable conspiración internacional. Yo dejo entrada al punto de Cora esperando que haga explícito qué o quiénes tiene en mente cuando habla de respuestas creativas, porque seguramente no es la de la sociedad en su conjunto la que tiene en mente, ya que, en la cotidianeidad, no se percibe sino el miedo y estrés del que nos habla Mariana. Seguramente hay algunas organizaciones o movimientos sociales que han respondido de alguna forma que manifieste el potencial de resistencia que hay en la sociedad aun. Es cierto que esta situación, sin importar la capacidad de cooptación e institucionalización que tenga el gobierno, abona más la inconformidad y el descontento social, cosa que ni con todo el bombardeo mediático puede ser infinitamente contenida.
----
----El enemigo no es totalmente invisible, se trata de que un pueblo se ponga así mismo como actor y este proceso se da en la acumulación de experiencias. Espero que esta enfermedad le dé a nuestro pueblo mayor visión de sí, y que no tome la ruta de la asimilación que Mariana ve en la forma en que se está parodiando el asunto. Ésta es una reacción compresible dentro del proceso traumático mismo, es una reacción psico-social inmediata, pero no es el único sedimento que va quedando. El más importante políticamente (en sentido positivo) es el que quede en la memoria del pueblo dentro de un proceso de larga duración. La suma de inconformidades no puede seguir aumentando cuantitativamente hasta el infinito, sino que en algún momento no muy lejano ira cualificando al pueblo mismo para poder dar cuenta de sí como el responsable de lo que pasa, éste es el momento del proceso creativo que se va insinuando en prácticas de las que no niego su existencia en otros fenómenos de embate a grupos sociales, pero ante éste embate reitero mi curiosidad por que Cora nos dé los ejemplos de respuesta.
----
----La eficacia de la estrategia seguida por el gobierno federal, si asumimos como uno de sus múltiples propósitos la esterilización de un tejido social reactivo ante el embate de la campaña mediática por el miedo, radica en la pasividad hasta ahora no rebasada en la asimilación de la información. En el terreno al que me gustaría desplazar la discusión, el de la filosofía política, la comparación con un estado de sitio de facto es afortunada. Mariana sólo nos presentó la pregunta sin llegar a tratarla explícitamente en su texto, pero la analogía resiste por lo menos en el momento en que el miedo se ha impuesto sobre el escepticismo ante el manejo de la enfermedad. ¿Cuánto tiempo tardaremos en darnos cuenta de que la influenza no es sino un síntoma más de un México enfermo, de un pueblo gravemente enfermo?

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home