La vida dañada

Marco A. Rodríguez Valadez

Thursday, January 29, 2009

Sobre el Primer Festival Mundial de la Digna Rabia

Al comienzo de este año en San Cristobal de las Casas, Chiapas, y final del anterior en la Ciudad de México, se llevo acaboel Primer Festival Mundial de la Digna Rabia. Al encuentro acudieron cientos de militantes, adherentes o tan solo simpatizantes, críticos o no, del EZLN, la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y la Otra Campaña; intelectuales críticos de izquierda, líderes o portavoces de movimientos populares de nuestro continente y algún que otro representante de movimientos europeos acudieron al llamado. Esto denota la capacidad de convocatoria que aun posee el movimiento neozapatista, mas no necesariamente va aunada con la fortaleza o debilidad del mismo. Y muy principalmente, para contrarrestar las críticas parciales sobre el sectarismo del mismo movimiento, la capacidad de convocatoria plural en el sentido fuerte y casi irrestricto de la palabra (salvo la acotación ideológica que asume la izquierda como anti sistémica en varios grados, como capacidad de crítica a si como saberse sujeto a la misma). No es pues lo mismo el sectarismo que exhiben en su respuesta ante el movimiento lopezobradorista, que la apertura frente al universo de movimientos en México y en todo el mundo.
Es una posición que aun no veo como es posible de conciliar, pero que comprendo cuando la historia del propio movimiento neozapatista ve en ellos a parte de sus represores. Los allegados a López Obrador y sus seguidores muestran una hostilidad frontal, aunque subterránea o aislada para los capitalinos seguidores del mismo, ante el movimiento neozapatista, eso es lo que reitera el Sub Marcos en las declaraciones públicas.
Otra de las grandes controversias, vinculadas también con el mismo tema, con la elección de 2006, es la posición del movimiento neozapatista frente al sistema democrático electoral; mejor llamémosle solo por como a funcionado, mas no por la legitimidad con la que hasta ahora no cuenta, es decir, el sistema electoral mas no democrático. Es pues un sistema que hasta ahora se encuentra inscrito en la dinámica dominadora del sistema mundo, en concreto de la hegemonía de Estados Unidos. Dentro de este marco mundial se entiende la imposición de Felipe Calderón. Más posee también un potencial disruptor, es decir, el fraude de 2006 condujo a una movilización de gran magnitud y no a la indiferencia. Esto habla de las posibilidades estratégicas del propio sistema para la causa anti-sistémica por medio del voto estratégico, máxime cuando toda continuación de los gobiernos de derecha en el poder incrementan el riesgo, nos acercan el límite absoluto de la vida, con la implementación radical de sus políticas destructivas del tejido social y de la naturaleza. De este modo no solo es legítimo el insertarse en la dinámica electoral para detener el avance de la destrucción aunque fuese un mínimo. Así, la izquierda institucional es instrumentalizada como un paliativo mínimo por el sector antisistémico de los que le concedimos el voto. Es un dilema, es una cuestión de principios para loa neozapatistas haber negado su apoyo a López Obrador, una cuestión de memoria, y esto pesa más, mucho más, que la propia estrategia que pueden permitirse otros movimientos sociales de izquierda que lo pensaron de este modo, o ciudadanos independientes, entre los que me sumo, que dimos nuestro voto por esta convicción arriesgada y cuestionable.
El silencio mediático ante el evento, o la abierta descalificación, vuelve sordos los oídos de la población a algún grito de rabia, salido de ese su festival, que llegara a filtrarse por algún medio; ses un poder que aun aísla fuertemente a estos eventos pese a la intensidad y profundidad de los mismos. Pero solo hay que asomar un poco la cabeza para ver qué es lo que realmente pasa ahí. Acuden pues a escuchar la palabra de los muy Otros, de los muy de Abajo, de los muy de lucha. A escucharse ante ellos. A confrontarse dentro de la solidaridad, la más fuerte de todas, la que valora tanto la interpelación de los otros como la palabra conjunta. Todo se ve tanto que se puede tocar.
Al final solamente me pregunto donde están los filósofos frente a esto. Es cierto que hace ya algún tiempo que nos distinguimos por la falta de organización, por el sectarismo del no-compromiso, por la presunción crítica de poder dar cuenta de lo catastrófico y lo vano por nuestro ojo vigilante pero atrincherado en la indiferencia, en la resignación, en la suficiencia. Pero también es cierto que la esterilidad de nuestra posición no necesariamente incluye la aniquilación del potencial crítico de la filosofía, en el que personalmente creo. La del intelectual en la retaguardia es su nueva imagen, no es protagónico, pero aun es necesario, indispensable diría yo, para la crítica y la lucha antisistémica.

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