La vida dañada

Marco A. Rodríguez Valadez

Friday, November 23, 2007

Repuesta a una mujer melancólica:

-----He decidido a pesar mío y suyo, o tuyo si me lo permites (y sino será una pena por que no será posible que en tu lectura corrija mi licencia), responder la pregunta que me haz hecho a la pregunta que te hice.
-----De verdad que no supe nada más que escribirte en ese pequeño comentario, lo que sí es que no me pude negar a hacerlo. Aunque parece que tus mismos textos lo exigen, callar es la opción más prudente. Me imagino si yo te conociera la mueca que haría si espontáneamente, como nunca pasa precisamente, alguna de esas frases o uno de esos relatos escapara de tu boca. Seguro el contexto sería inadecuado como casi lo son todos los contextos, (tosca es la armonía pretendida en la imaginación de quien prepara las palabras para el momento más oportuno).
-----Hago pública la respuesta por que no me permito las figuras de quien ignora, o se hace el tonto, que si en escenarios se conoce (potencialmente públicos la mayoría, por no decir perdidos en la inmensidad de la red) como actor ha de hablar (que no como farsante), y opta por hacer de su publico el testigo de su charla de café. O mas bien te mando aquí la respuesta para intentar jalarte el raiting de tu blog, merecido por demás aunque no para bien de las emociones de nadie, por lo menos no de las mías.
-----Por lo demás, que es lo que realmente importa, me gustaría saber cómo es que vives la experiencia de escribir. Sé que es una necesidad en primera instancia. Para quien escribe es de vital importancia y para quien te lee puede ser, ya sea uno con su geta de soberbia, algo más bien superficial o prescindible o como sea que se le diga a algo que dice, él puede hacer mejor, u otro que de plano lo ve como ridículo cuando le dice cosa de románticos. Que los hay de estos últimos mas que de aquellos, dígamelo (de Ud.,por que ya no aguanto mi licencia, precisamente por licenciosa) sino a mí, que vivo en una colonia popular donde la gente (que no toda) es muy bonita (claro que sí, par que luego no se me diga que soy un elitista cultural), pero que de la letra ni lo redondo de la “o” sabe apreciar.
-----Entonces me pregunto por qué escribe para poder preguntarle, talvez con menos derecho (con lo que digo que no tiene por que contestar, claro) pero si con mas elementos, por qué escribe así. Y es que de verdad que en su blog no me he sentido reconfortado por ver como se desbarata el ego en palabras, en ficciones de publicidad sin mérito, tal como las que ante sus ojos tiene. Me descalifico para curarme en salud y sobre todo para decirle que mi impresión de lo por Ud. escrito es muy otra que esta.
-----De lo que se trataba, era pues, de contestarle: ¿así, así cómo? Pues de verdad que las palabras le salen de no sé dónde que lo único que se siente es el dolor de la sinceridad, por lo menos para con ellas, por que de sus sentimientos sólo Ud. sabe. En lo que a mí respecta, la escritura es mas un paliativo que una expresión (o sí pero no por esta misma, sino para aquello), si con una pastilla lo mismo que una página, pues mejor me tomaba aquella y me evito la fatiga de esta. Pero no comprendo del todo qué es lo que hace de un acto marginal algo, en sus palabras, tan profundo. Debo decirlo con modestos adjetivos para no ponerme morboso con las palabras: que si esto o lo otro con dolor o menos dolor, que en suma pues dolor.
-----No sé si Ud. guste de atardeceres y demás cosas perdidas en el caos citadino, pero creo que sí lo hace de las sensaciones aisladas, no unas de otras sino de la superficialidad del contexto inmediato de nuestra sociedad, del dolor ante lo que sea que usted le duela, que eso es muy de cada quién
-----Por mi propia verborrea es por lo que le he preguntado lo que le pregunte, yo no consigo jamás expresar de esa forma lo que usted transmite, y me he sentido derrotado ante la identificación (con sus salvedades interpretativas: no haré de sus emociones las mías reza el dictum hermenéutico que ahora me improviso) con lo ahí puesto, de forma tal que ni yo mismo me había dado cuenta de que puede doler aun más lo que ya dolía desde enantes.
-----Por que me conmueve la forma en que usted escribe y lo que escribe, y nada más por eso, le pregunté por qué escribe así.
-----Lo ve, si me bastara una frase para poderle contestar, no le envidiaría nada.
-

Tuesday, November 06, 2007

A-penas me entiendo

Tarde soleada en la suma de los días, esta tarde cargada con el pasado inmediato. Sobre los hombros de la gente andando en las calles se avecina un paso tras otro a un destino incierto para unos, inmediato para otros. Un propósito claro el de unos, los mas de estos por la inmediatez de una vida presurosa y los menos de cuantos pueden decirse a si mimos que los atraviesa el sentido que a su vida les da una aspiración constante, nada del otro mundo.
Por supuesto que ante la pobreza hay que tener hombros de oro para poder presumir de altas aspiraciones, de esas que son reconocidas por todos. No lo es menos el amor por la familia pero de estas no son las que se venden a los ojos de los demás, para ello solo queda un reconocimiento desalentador: la mirada del hijo y la reprimenda violenta producto del constreñimiento y asfixia luego de diez horas de trabajo mal remuneradas, pero siempre imploradas. Cuántos haya afuera ya emprenden el regreso a casa solo como un paréntesis entre seis de la tarde y seis de la mañana. No es así como se supone que se vive, por lo menos eso dice la televisión, y entonces los días se suceden suspendidos como una desgracia pasajera, como una inconformidad tolerada bajo la promesa de un futuro digno.
- Por que no solo se trata de llegar a tenerlo todo, sino de poder hacerse de eso todo o de ese mínimo que remunere dignidad, si es que esto se lleva bien con la felicidad. No es que reniegue del propio suelo donde estoy parado, es que yo no me siento parado en él, sino empantanado, no es que mi pobreza me cause vergüenza, sino que se supone que la pobreza no es de nadie, es un artificio que nos hacemos yo y la mayoría de mis cercanod, por que las ganas siempre están a la mano de todos, solo es cuestión de echárselas a cuanto me proponga que las circunstancias con la ayuda de Dios siempre son favorables. Mas o menos eso es lo que me dice mi mujer una y otra vez detrás de sus desesperadas formas, me manotea y me dice que soy un idiota, que soy un pendejo y luego no se que es lo que pasa... pobre, se lo merece tanto como yo, a mi me humillan en la entrada del trabajo, en la salida y en el transcurso y luego me echan y me piden que soporte sus insolencias por venir borracho, solo un poco, y bueno... sí, le he pegado, mas de una vez y con mas que solo coraje, con dolor, con impotencia. Es que la fuerza que esta ciudad me carga en los puños con su ruido, su ajetreo obsceno y las palabrotas que no paran de decirse aquí y allá, el claxon del pendejo ese que se cree que lleva mas prisa que los cincuenta que queremos pasar la calle, y sobre todo por la cara de idiota que casi se le deforma con ese carro ultimo modelo.
¿De dónde la paciencia? Si se sucumbe a la resignación ya no se habla de paciencia. Todo esto que me queda tan claro pero no puedo decirlo para defenderme, para que se me comprenda y se me disculpe esta loza de fracaso a cuestas a cada en esta escalera a mi casa y la del metro y al del trabajo y.. ¡¿cuántas escaleras?! Total que no lo puedo decir por que no tengo las palabras, por que apenas voy un paso mas haya de mis capacidades de expresión y la lengua se me hace bolas y las ideas más y ya no quiero decir nada sino que todos se callen, y que dejen de quejarse y se vayan pues a la chingada.