La vida dañada

Marco A. Rodríguez Valadez

Sunday, April 27, 2008

De la mujer como objeto*

-----Reyes mezquinos de la sexualidad; monopolistas del placer. ¿Quiénes son esos que lejos de la nada se han plantado en el centro del deseo? Lejos de su propia anulación, donde no encuentren peligro que los castre. Los destructores de los sueños tienen su cómplice silenciosa, aquella que como Beauvoir dijo: la mujer rota es la víctima estupefacta de una vida que ella misma eligió.
-----Seguros en su trono, aturdidos por una vida que les hostil y el coraje que les nace y se alimenta más de la ceguera por no encontrar a quién culpar, que por la dignidad que se les arrebata. Y ella que no se ha dejado dominar del todo, la que es víctima de su propia esperanza y realidad, ha optado por callar. Son ambos los que se consumen en la práctica cotidiana de la injusticia, en la humillación de matar sin desaparecer, en medir la potencia de su furia en la vida compartida, en el amor desgarrado por el embate de la pobreza, en la angustia de no ser quien se espera que se sea. Es el éxito inalcanzable del torpe empresario, el que ha cedido una y otra vez al gesto moral para detener el delirio de la lógica explotadora, o simplemente la frustración del que no esta a la altura maquiavélica de sus propias ambiciones.
-----El machismo no es cosa de ricos ni de pobres. El hipócrita exitoso que no se ha podido librar de su edípica compulsión, afirmando una y otra vez en sus charlas de sociedad la libertad de la cosa: la capacidad de la mujer de no aburrirse, de ascender y acrecentar su capacidad de placer en el dominio de la frivolidad: “sí cariño, puedes ir al super o a la boutique libremente... ¿Unas nenas de silicón? ¡Pero claro!, eres dueña de tu cuerpo... (lástima que no lo eres de tu juventud).”
-----Las conductas son infinitas, las formas de reproducir la dominación sobre la mujer tienen a favor toda la estructura social. La batalla de las mujeres, la frontal y desesperada, se encuentra perdida de antemano mientras no parta de su propia potencia -aun misteriosa a los ojos de esta sociedad; y en cambio, se subordine a la competencia por ser la mujer alfa, la que puede hacer todo lo que los hombres pueden hacer tal y como los hombres lo hacen.
-----El lugar del que parte la lucha es, a mis ojos, ambiguo, o tensado por dos polos. La apertura de la sociedad obliga a la reproducción de las conductas opresivas, cuando solo reduce la libertad de la mujer a su capacidad de posicionarse en niveles mas altos de la jerarquía. Pero esto es condición necesaria de la desestruturación de la sociedad machista, ya que solo desde dentro se puede dinamitar.
-----Por otro lado, es cada vez más el robustecimiento de la anulación de la subjetividad femenina. El a priori magazine es uno de los síntomas del ensañamiento con la mujer, una de las partes mas crudas de la degradación psicológica de la humanidad. Aquí están las modelos que exhiben la anorexia más como el trofeo de los diseñadores, que como el fruto de sus nihílicas ansias de tenerlo todo abandonándose a la nada.. Estos diseñadores se encuentran subordinados ellos mismos a la industria mientras se creen creadores (un mal chiste sobre lo que puede llegar a ser considerado arte en el capitalismo tardío). El abandono exigido a estas muejres requiere del frenético esfuerzo por machacar un cuerpo que les es sagrado en el espejo de la imagen imposible. La misma imagen que destroza a las adolescentes y les arranca lágrimas de impotencia bajo las sabanas a media noche, luego de que la madre les ha señalado la debilidad de haberse zampado alegremente un bizcocho de más, al tiempo que le pellizcaba la lonja.
-----De este lado los mezquinos monopolistas del placer no cejan en exigir la negación del deseo femenino. Ellos exigen la compulsión de sus objetos por no exceder la capacidad de su anticipación egoísta y dominadora.
*Por provocación de una amiga, revisé y volví a publicar este texto apenas con una o dos modificaciones.

Thursday, April 10, 2008

Del rock actual

-----Durante mi adolescencia me consumía una ansiedad por escuchar durante horas a mis grupos de rock favoritos, algo se ha perdido en mí en los últimos años que no solo me ha distanciado de ello sino de la sensibilidad necesaria. El paso a través de la música de concierto, el tango, el jazz hasta la trova y el folclor latinoamericano han diversificado mi sensibilidad, y el retorno es mas un gesto auto-complaciente que el reavivo nostálgico de una pasión. Con esto no quiero decir que me es imposible disfrutar del rock, incluso de sus expresiones contemporáneas mas tendientes a la simplificación de la experimentación llevada acabo por el avance de la tecnología, decantándose al ritmo repetitivo y bailable.
-----Una de las inflexiones de los recientes años se caracteriza por la fusión de elementos electrónicos con la potencia eléctrica del rock de los sesentas y setentas, esta se ha decantado sin embargo tan solo a los elementos regresivos y mercadotécnicos de la música pop que ha sido el Némesis MTV de la música rock. Esto muestra que la oposición rock versus pop se disuelve con tan solo prestar un poco mas de oído a muchas de las propuestas. Otra de las inflexiones fue la recuperación de la autoridad, aspereza y sencillez rudimentaria de las bandas de los sesentas y setentas, pero asimiladas en una forma dulcificada y apenas tímida en bandas como los Strokes o The Hives y todo su sequito de imitadores; esto fue todo lo que del espíritu nostálgico quedó como una forma de renovación que se resistía a la vorágine de la tegnologización despersonalizada de la música electrónica. Es decir, que sin ese resto explotable (el sonido sencillo de grupos underground como The Velvet Underground, Joy División para Interpol, etc.) estas bandas no hubieran tenido nada que decir, ni pretexto mercadotécnico para surgir.
-----El rock esta abrumadoramente representado por exponentes ciegos a su realidad que hacen de su música un producto de resistencia perfectamente rentable. La historia repetida de la banda de garage sin presupuesto pero con muchas ganas de gritar su inconformidad inmediatamente, sin apenas resistirse a la imagen de lo que a sus ojos es rebeldía, es parte de un proceso que desemboca en las ventas y los conciertos eufóricos de frustraciones pueriles. En una sociedad que apenas ofrece canales de desahogo que no sean las estulticias ofertas de los medios de comunicación y entretenimiento, es explicable la prontitud con la que se sacraliza al rockstar en el intento desesperado de ver en la figura protagónica del vocalista, o el fálico performance del guitarrista, un redentor de pasiones constreñidas. Las escandalosas y enérgicas consignas de indiferencia política son parte de la imagen de rebeldía, el decir no a todo y sí al regodeo sensualista de la agresividad de un acorde que no puede prescindir del gesto demoníaco de dominio de su ejecutante (debidamente enmarcado en la producción del video, o la escenografía espectacular del concierto) son signos de la pauperización de la subjetividad juvenil y su inconformidad natural dominada y asimilada en un industria millonaria. Ella explota, a través de la producción de breves, explosivas y predecibles melodías dentro de los formatos estándar, ya sea la melancolía vivida según la imagen proyectada mediaticamente, o la ira, la opresión emocional, el desencanto ante la vida. Estos estados psicológicos que en bruto son contestatarios (signos de inconformidad social) están mediados por las formas específicas en que se viven en los países anglosajones, valiéndose sobre todo del bombardeo de imágenes en los video clips, en el cine o en el concierto. Esto prefigura y dispone la subjetividad dañada (tanto por la propia realidad social, como por la ceguera que produce ante ella la imposibilidad de pensarse sin la mediación de estas imágenes) del público y ofrece su desfogue explosivo en el rock. Esta mediación cultural transplantada hizo de las propuestas del rock nacional que reproduce el sonido de las bandas inglesas y norteamericanas una figura grotesca, nos son todas pero si son evidentes algunas. Grupos como Panda, Zoé o Porter no son menos grotescos que el español superpuesto espantosamente en el no menos espantoso intento de sonido de rock clásico del Tri.
-----No es una crítica que los abarque a todos, hay algunos que se salvan aunque de estos la mayoría solo lo hacen medianamente, esto solo se ve entrando en detalle. No es pues ni contra todo el rock, algunas clásicas excepciones son obvias y es ocioso mencionarlas. En el rock nacional es especial la atención necesaria para identificar las propuestas que escapan en alguna medida o dimensión a todo esto, aunque de estos aun pocos se salvan de la estulticia en las letras.